La bomba de agua


El primer día de viaje ya estaba próximo a finalizar. Ya eran la 6 de la tarde, 12 horas habían pasado de nuestra partida de San Pedro, y estábamos en nuestra última parada para cargar nafta en General Conessa, a 107 km de San Antonio Oeste donde pasaríamos la noche.

Patricia antes de entrar al auto alcanzó a ver un charquito de agua debajo del auto. Al abrir el capot era evidente que había una pérdida cerca de la bomba pero no se veía exactamente el problema, y como el agua perdida no era mucha, repusimos lo faltante y seguimos viaje controlando de cerca la temperatura.

Llegamos sin problemas a destino pero ya la pérdida, que era por el eje de la bomba, parecía más importante, así que mientras esperábamos que llegue el dueño del departamento alquilado, fuimos al taller subcontratado por el Automóvil Club Argentino en esa ciudad. El dueño ni quiso abrir el capot, adujo mucho tarbajo y que eran más de las 7 de la tarde de un sábado, aunque lo único que estaba haciendo cuando llegamos era tomar mate.

Dada la famosa Ley de Murphy llevabamos repuesto de todo menos de bomba de agua. Sin perder más tiempo averiguamos en otro lugar por una casa de repuestos que estaba abierta hasta las 8 y media, y allí conseguimos la bomba de repuesto. El vendedor vió la que estaba instalada y me aseguró que era la misma.

Pasamos por otro taller pero ya a esa hora nadie quería trabajar. Finalmente fuimos al taller del Sr. Bellina que ya estaba listo a partir con su señora. Le dijimos que teníamos que seguir al otro día 1000 km más y encima era domingo, con lo que se nos retrasaba toda la programación y las reservas acordadas en diferentes lugares. Entonces se apiadó de nuestra situación, mandó a la mujer a la casa y accedió a cambiar el repuesto A las 8:27 hs, 3 minutos antes que cierre la casa de repuestos hasta el lunes, se dió cuenta que la bomba no era la correcta y que era imposible adaptarla. Por suerte el negocio todavía estaba abierto y por teléfono confirmó que tenía la bomba correcta que resultó ser la de Renault 18 con aire acondicionado (original de fábrica). Tras correr unas 8 cuadras entre ida y vuelta con la bomba a cuestas, pudimos finalmente tener instalada la bomba nueva a las 10 de la noche.

Cenamos en el restaurante de la terminal de ómnibus, y a las 12 de la noche, destruídos, nos acostamos tras 1130 km de viaje y un final de día a toda incertidumbre. Nos esperaban 1075 km hasta Perito Moreno al día siguiente.


Moraleja 1: Nunca salgas a un viaje largo un sábado, porque después del sábado............... viene el domingo.

Moraleja 2: La ley de Murphy NUNCA FALLA